29 de diciembre de 2017

Frijoles Charros - Los Manguitos Chupados

Diciembre 29, 2017

Buen día, les deseo un buen año 2018 y aquí esta la actualización semanal.





Varios autobuses "ecológicos" de la Ruta 100 en el paradero del Metro El Rosario a inicios de los años noventa. A la izquierda está la avenida Cultura Norte; hoy en este sitio se encuentra una plaza comercial.

Imagen: Archivo El Universal



26 de diciembre de 2017

Ocho de Cien

Diciembre 26, 2017


Sí, otro año más y todavía hay material que falta publicar; agradezco su preferencia y como ya es costumbre nos leemos el viernes en la última actualización del año.

Aquí están los cuatro cabezales que tuvo el blog en este su octavo año:





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22 de diciembre de 2017

II. Renovación y Compromiso. 2da. Parte

Diciembre 22, 2017


II. RENOVACIÓN Y COMPROMISO*

El Año del Temblor

A las 7:19 horas del 19 de septiembre de 1985 un temblor alteró la vida de la Ciudad de México. Edificios tradicionales, centro de estudio, casas habitación, hospitales y multifamiliares se desplomaron en un inolvidable y aterrador instante. Aterrador e inolvidable, el escenario de destrucción que asoló la mirada de los capitalinos y visitantes arrojaba al vacío: muerte, desolación, angustia.

Pero nadie permaneció al margen. La ayuda institucional y la espontánea; la ayuda organizada y la improvisada. Toda la solidaridad concentrada en calles, parque, hospitales, escuelas, delegaciones, lugares comunes que repentinamente albergaban un cuadro de doble visión: angustia y solidaridad; muerte y vida; espanto y acción; dolor y esoeranza.

Mexicanos de todas las edades y condiciones sociales en pos del rescate, la atención a heridos, el apoyo a los damnificados.

Apenas dos horas después del temblor, Ruta 100 modificó el horario de los 300 elementos que integraban el personal de la Dirección de Operaciones, de tal manera que trabajaran turnos de 12 horas alternadamente, con el propósito de que pudiera prestarse un mejor auxilio a las miles de personas que lo requerían. Se comisionó a 37 unidades de supervisión, equipadas con radio transmisor, para que de manera permanente informaran a la Dirección General de las necesidades que detectaran en los distintos puntos afectados.

Por otra parte, se instalaron 6 bases de apoyo para ubicar autobuses del Organismo en los lugares de mayor demanda de auxilio: Zócalo, Monumento a la Revolución, Centro Médico, Aeropuerto, Hotel Camino Real y Alameda Central, esta última para proporcionar servicio de comedor.

Mil quinientos autobuses fueron utilizados como puestos de socorro, dormitorios, comedores, almacenes de medicina, comestibles y ropa; asimismo, se transportó en ellos a damnificados, víveres y a personal extranjero especializado en rescate, así como materiales e instrumentos de auxilio. Los patios de encierro de algunos módulos fueron utilizados como albergues provisionales, durante ocho días.

Al igual que ambulancias, vehículos particulares habilitados para el apoyo, camiones del ejército y de la policía, por toda la ciudad se veía pasar autobuses de Ruta 100 sumados al gran esfuerzo colectivo, que hizo posible la salvación de muchas vidas y atenuó en parte el dolor de miles de mexicanos.

Por esas fechas, los recursos destinados a la inversión acusaban una reducción que repercutía en la suspensión de la tan necesaria renovación del parque vehicular. Por ello tuvieron que desplegarse considerables esfuerzos del Organismo, con una participación intensa de los trabajadores, para mantener a los autobuses en condiciones de operación.

El estado físico y mecánico de una gran cantidad de unidades se atendió con más imaginación que recursos económicos. Lo importante era tener autobuses en ruta y que ofrecieran seguridad a los usuarios.

Para ello, se contrató asesoría de la empresa London Transport International para mejorar el sistema general de mantenimiento, que se había instrumentado en 1984.

Los años de 1986, 1987 y 1988 fueron difíciles, pero la atención al segmento de la demanda que correspondía a Ruta 100 no se interrumpió aunque los viajes/persona/día que cubría el Organismo disminuyeron a una tasa promedio del 4% como resultado de tener una parque vehicular conformado en un 64% por autobuses cuyo ciclo de vida útil estaba por terminar.

Así, de un esfuerzo de consolidación iniciado en 1982, se pasó en 1988 a un esfuerzo de sobrevivencia, que hizo posible la permanencia de ruta 100 y con ésta, la posibilidad de seguir proporcionando un servicio con características nítidamente sociales.

La administración del Departamento del Distrito Federal que se inició en diciembre de 1988 encontró en Ruta 100 un instrumento idóneo para el apoyo a los sectores menos favorecidos de la población, pero también un Organismo con problemas de fondo, como un parque vehicular en franco deterioro y una infraestructura con serias carencias.

Encontró, también, una gran experiencia directiva acumulada, y una decidida voluntad de los trabajadores por lograr la permanencia del servicio. Ese fue el principal valor del que partió el DDF en 1989 para renovar la estructura de Ruta 100 y el vital servicio que presta a millones de habitantes.

*Tomado del libro Doce de Cien. Décimo Segundo Aniversario de AUP R-100





Dos camiones "ecológicos" de la ex Ruta 100 esperan el cambio de luces en el cruce de la avenida Arneses y la calzada Taxqueña en 1995, época en la que los paisajes relacionados a la naturaleza todavía adornaban la parte trasera de las unidades.

Crédito: El Universal


15 de diciembre de 2017

8 de diciembre de 2017

II. Renovación y Compromiso. 1ra. Parte

Diciembre 08, 2017


II. RENOVACIÓN Y COMPROMISO*

LOS AÑOS DIFÍCILES 1983-1988

Superada la etapa inicial de organización administrativa, operativa y laboral, Ruta 100 enfrentó, en 1983, el reto de consolidar el servicio y de resolver de manera cíclica la renovación del parque vehícular, obligación, compromiso y dificultad mayor de toda empresa de transporte.

En los meses previos, se había establecido como prioridad ganar la confianza de los usuarios, aumentar la confiabilidad del servicio y desarrollar un equipo de supervisión operativa que siguiera de cerca la operación de los autobuses.

En lo interno, se desarrollaban estrategias encaminadas hacia la creación y consolidación de las estructuras administrativas y financieras adecuadas; la creación de una infraestructura que respondiera a las necesidades que la operación del servicio requería y, finalmente, a la homologación de los diferentes sistemas de trabajo que se tenían como resultado de la diversidad de líneas que existían hasta antes del retiro de las concesiones.

Se había aprendido a controlar una operación de grandes dimensiones, incluso comparada con las más grandes del mundo, pero se sabía que la complejidad de la zona metropolitana iría en aumento y que la exigencia de un mejor servicio sería una demanda permanente de la población.

Por ello, había que trabajar intensamente para que el servicio de Ruta 100 estuviera acorde con la expectativa favorable que de forma mayoritaria se había generado en la población al asumir el Estado la prestación del servicio de transporte urbano en la ciudad de México.

Las difíciles circunstancias económicas que caracterizaron los primeros años de la década de los 80´s presentaban un panorama adverso. No obstante, se realizaron grandes esfuerzos para sostener la oferta del servicio y mejorar su calidad.

Un ejemplo de este esfuerzo fue la adquisición de 3,864 autobuses en el periodo de 1983-1986, así como la reconstrucción de 1,913 unidades de 1983-1987. Ello hizo posible renovar, aunque fuera parcialmente, un parque vehicular en creciente deterioro, lo que permitió, si no incrementar el parque vehicular operable, sí reponer parte de los 4,534 autobuses que por haber concluido su vida útil debían salir del servicio.

A partir del segundo semestre de 1986 se suspendió la adquisición de autobuses como resultado de las políticas de austeridad, racionalidad y disciplina presupuestal establecidas por el gobierno federal.

Hasta 1987 no fue posible destinar montos importantes a la inversión, por lo que el servicio empezó un lento pero constante decrecimiento.

En los años de 1986 y 1987 los recursos destinados a los programas de inversión representaron, respectivamente, el 24 y 27% de lo erogado en 1985.

Crisis Mundial

Desde 1980 hasta 1988, nuestro país sufrió los efectos de una crisis mundial de grandes dimensiones. Los precios del petróleo, base de la política económica en el último lustro de los 70´s, bajaron abruptamente y la economía nacional perdió una importante fuente de financiamiento.

En 1985, además, disminuyó la demanda de petróleo mexicano, lo que entre otros factores propició un acentuado proceso inflacionario. El gobierno tuvo que acelerar el deslizamiento del tipo de cambio frente al dólar, elevar las tasas de interés e incrementar considerablemente los precios y tarifas de los servicios a cargo del Estado.

El 1 de agosto de 1986, por primera vez desde la revocación de concesiones, fue necesario aumentar la tarifa de Ruta 100 de $3.00 a $20.00. La agudización de la crisis económica y una inflación que en 1986 ascendió a 105.7% y que en 1987 alcanzaría el 160%, propició que el costo del pasaje se elevara el 16 de mayo a $50.00 y el 20 de diciembre a $100.00.

Característica también de la década fue el crecimiento demográfico registrado en la Zona Metropolitana del Valle de México. En 1980, de acuerdo con datos del Censo Nacional de Población, vivían en esta área 13.8 millones de personas, en tanto que en 1990 la cifra de habitantes alcanzaba los 15 millones. La superficie urbanizada creció vertiginosamente, 100 mil a 400 mil hectáreas.

Consecuentemente, la demanda de servicio creció, de manera que la oferta que la cubría acusó rasgos de insuficiencia. Durante el periodo de 1983-1987 la evolución de la demanda tuvo un crecimiento del orden del 26%, en tanto que el servicio tuvo una tasa de crecimiento anual del 1%.

La carencia de recursos para invertir en Ruta 100 en los años de 1986, 1987 y 1988 causó un rezago en la consolidación y desde luego en el crecimiento del Organismo. Medios de transporte concesionado asumieron también un papel relevante en la atención de la demanda.

No obstante, el organismo no cesó en su esfuerzo por establecer una infraestructura suficiente para responder a las necesidades que imponía la operación de los autobuses.

En 1983, la Dirección General de Ruta 100 puso en marcha los programas de construcción y remozamiento de módulos, con el fin de dotar a la operación de instalaciones acordes con las características y dimensiones del servicio y de homologar los criterios de construcción y equipamiento de los centros de trabajo.

Sin embargo, el fortalecimiento de la infraestructura operativa enfrentaba situaciones que, incluso, impedían su realización. Entre las más sobresalientes se encontraban el incremento de los costos y la oposición de los residentes de las zonas donde se pretendía ubicarlos, como es el caso de los módulos Huayamilpas, Iztapalapa y Milpa Alta cuyos proyectos fueron cancelados. A pesar de ello, en 1983 se iniciaron las obras de construcción de los módulos 20, 27, 37 39, 41, 51-A y 51-C. Los módulos 27, 41 y 51-A fueron terminados e inaugurados en 1984; los módulos 20, 39 y 51-C iniciaron su operación en 1985 y, finalmente , el módulo 37 fue inaugurado en 1986. Adicionalmente, se realizaron obras de remodelación en todos los módulos y se construyeron casetas de despacho en 302 cierres de circuito.

*Tomado del libro Doce de Cien. Décimo Segundo Aniversario de AUP R-100

 



1 de diciembre de 2017

24 de noviembre de 2017

17 de noviembre de 2017

10 de noviembre de 2017

Auxilio Mecánico Vial

Noviembre 10, 2017


250 Llamadas de apoyo atiende diario Auxilio Mecánico Vial

Facundo Roque Nava
Ruta Cien, Febrero 1990

Son las 5 de la mañana con 30 minutos del 3 de enero de 1990. La central de radio del módulo de auxilio mecánico vial recibe una llamada del señor Victor Santiago, operador con credencial no. 22884, anunciando que la unidad que opera, 1472, adscrita al módulo 20 y que hace su recorrido por la ruta 72-A, sufrió un desperfecto en el sistema de compresora en el cierre de circuito de Cuemanco.

Atiende la llamada el señor Humberto Rivera, quien le informa al operador que su reporte quedó registrado con el folio 13606.

El tiempo transcurre. Son las 6:15 horas. La orden de trabajo se turna al "Ángel Amarillo" no. 27 del sector Xochimilco que de inmediato se traslada al lugar en que se encuentra la unidad descompuesta. A las 7:22 horas recibe el reporte del "Ángel Amarillo": se terminó la reparación del autobús 1472 y se habilitó para continuar en ruta.

Este es sólo un ejemplo de los más de 250 casos que a diario atienden  las unidades de auxilio mecánico vial (34 grúas, 35 "Ángeles Amarillos" y 4 pipas), que este mes cumplió seis años de creado.

24 Sectores

En efecto, el señor Manuel Corchado González, responsable de este módulo, dio a conocer que para atender las llamadas que los operadores hacen para reparar sus unidades, el Distrito Federal y su zona metropolitana están divididos en 24 sectores, contando cada uno de ellos con un "Ángel Amarillo" y una grúa.

Por ejemplo, dice, cuando una unidad se reporta descompuesta por la zona de Xochimilco, Tláhuac o Milpa Alta, es atendida por las unidades asignadas al sector Tulyehualco. Cuando terminan de reparar el autobús se reporta nuevamente a la gerencia, donde se les proporciona nueva orden de trabajo y así sucesivamente durante todo el día, ya que se labora en tres turnos.

Es importante señalar que los "Ángeles Amarillos" terminan sus labores a las 22:00 horas, mientras que las grúas trabajan prácticamente las 24:00 horas, ya que se encargan de trasladar o arrastrar los autobuses que quedaron descompuestos y que son reportados después de las 22:00 horas o los conocidos como "brujas" o "barracudas".

Los desperfectos más comunes

El gerente de auxilio mecánico víal informó también que las fallas más comunes que se registran son: sistema de compresor, sistema eléctrico, ponchaduras de llantas y falta de combustible. "Algunas definitivamente son descuidos, ya que por ejemplo en el sistema de compresor se deben a que no purgan los tanques con la periocidad que se requiere".

Indicó que existe en el módulo una bitácora en las que se tienen debidamente registrados el número y tipo de fallas más comunes, misma que se hacen llegar mensualmente a la gerencia de operación del transporte, que a su vez la turna al área de mantenimiento para que sea ahí donde se tomen las descisiones para un mejor mantenimiento preventivo y correctivo de los desperfectos con mayor incidencia.

Los Ángeles Amarillos

Calificado por el gerente como "casi un pequeño almacén rodante", los Ángeles Amarillos fueron puestos en servicio a finales del año 1983, ante la necesidad inaplazable de contar con vehículos ligeros que se pudiesen trasladar rápidamente a los lugares donde se reportan las fallas del autobús.

Sin embargo, también los Ángeles Amarillos han sufrido cambios, ya que en los primeros que se pusieron en servicio la adaptación fue muy pesada para la capacidad de carga; el modelo más reciente fue construido con un nuevo diseño, es decir, con doble rodada y motor de mayor potencia, a fin de que soporte adecuadamente la estructura de los compartimientos y las llantas de repuesto, "ya que sólo una de Somex pesa alrededor de 150 kilos". Todas las unidades asignadas al auxilio mecánico vial están dotadas de radio.

Estos vehículos son operados por mecánicos doble "A", en su mayoría personal con mucha experiencia y antigüedad en R-100. "Cuando se seleccionó el equipo de mecánicos para los "Ángeles Amarillos" se solicitó que cada uno de los módulos enviara uno de ellos, de preferencia el más sobresaliente. Esto se logró casi en su totalidad", dice Corchado González. 

Datos Concretos

Luego de aclarar que algunos operadores no proporcionan los datos con la veracidad que el caso amerita para atenderles, el gerente de AMV dice: "Imagínese, en algunas ocasiones los compañeros operadores nos dan la dirección del lugar del que están llamando, que muchas veces está muy distante del sitio donde está la unidad. A ese lugar se trasladan nuestros vehículos sin encontrar el autobús. Ratificar nos lleva mucho tiempo que; lógico, va en detrimento de los usuarios".

En las delegaciones políticas Magdalena Contreras, parte de Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, Iztapalapa y Gustavo Madero, es en donde más casos se atienden, ya que es donde más rutas convergen.

Pide Honestidad

El módulo de Auxilio Mecánico Vial, conocido también como Núcleo 5, está ubicado en lo que era la línea General Anaya de la Alianza de Camioneros, y su planilla de personal se compone de 277 trabajadores de base y confianza. Tiene una superficie de aproximadamente 6 mil metros cuadrados.

Corchado González hizo un llamado a todos los operadores para que sean honestos y reporten su unidad inmediatamente cuando sufran algún desperfecto, indicando el lugar exacto en que se encuentren, "para que así el personal de auxilio mecánico vial pueda realizar mejor su trabajo".




3 de noviembre de 2017