25 de mayo de 2018

18 de mayo de 2018

11 de mayo de 2018

Atención Ciudadana

Mayo 11, 2018


Atención Ciudadana

CP Domingo Suárez Nimo, gerente de Atención Ciudadana

Ruta Cien
Noviembre 1990

Quienes habitamos la zona metropolitana de la ciudad de México y en especial el Distrito Federal tenemos la convicción de que la megalópolis está saturada de gente, de edificios, de calles, de smog, de vehículos, de autobuses, de ruido, que la han convertido en un dolor de cabeza interminable.

Hace mucho tiempo que dejamos de ser una ciudad y nos hemos convertido en una megalópolis, cuya supervivencia se deberá al cuidado con que tratemos de preservarla en un futuro inmediato, para la cual el gobierno de la ciudad trazó ya una línea de conservación ecológica, además de los múltiples programas para conservar el ambiente.

A diario, en esta gran urbe, entendiéndose dentro de ella las 16 delegaciones del Departamento del Distrito Federal y los 17 municipios conurbados del Estado de México, se realizan más de 21 millones de viajes-personas-día.

¿Y cómo se realizan estos viajes? Muchos de ellos a tráves de autobuses de ruta 100, otros tantos vía Sistema de Transporte Colectivo (Metro), en menor número en trolebuses y tren ligero y todo esto a un costo anual de operación con el cual muchas veces no se alcanzan a satisfacer las necesidades de la población del Distrito Federal.

Al rebasar la demanda a la oferta se rompe el encanto y es ahí donde nace el desaliento y la desesperación de miles de usuarios que tienen que tomar alternativas distintas a las que proporciona el Estado, convirtiéndose en ese momento en clientes cautivos de la oferta privada.

Todos los días en esta megalópolis nace la esperanza del usuario en encontrar un servicio eficiente que lo traslade a tiempo y con seguridad a sus destino.

Nace la esperanza del niño que va a la escuela a enfrentarse con su propio destino, nace la esperanza del obrero por llegar a su trabajo y encontrar la remuneración a su esfuerzo y llevar a su hogar el fruto de éste para satisfacer las necesidades de su familia, o del campesino por llevar sus productos a las centrales de abasto para venderlos. Nace la necesidad del ama de casa para cumplir con las metas del hogar y de la familia, pero todas esas esperanzas se ven interrumpidas cuando no existe el medio de transporte articulado y organizado que dé satisfacción a sus reales necesidades.

Ahí es cuando nace verdaderamente la necesidad de que el ciudadano que habita esta megalópolis sea atendido por gente que tenga la capacidad de resolver el problema por el que atraviesa y del cual espera solución satisfactoria.

Por estas razones se creó la gerencia de Atención Ciudadana en R-100, con el fin de escuchar inconformidades que existen entre la ciudadanía por una prestación deficiente del servicio que ofrece

Como respuestas inmediata hemos trazados varios programas, uno de los cuales se denomina "Conozcamos al usuario", el cual consiste en identificar a la persona que está sugiriendo. Se toman sus datos, se verifica su domicilio, se profundiza en su petición y posteriormente se le invita a conocer el origen del problema al cual hace referencia.

Para ello se lleva al usuario a un módulo, le presentamos a quienes tienen la responsabilidad de administrarlo y, por ende, el responsable de ofrecerle un buen servicio. También le invitamos a que conozca cómo se despacha un autobús, cuál es la frecuencia de los mismos y como se conforman los más de 200 derroteros con que opera este organismo.

Después de que el usuario conoce todo el engranaje que conforma la operación de R-100, elabora una forma en la que él mismo hace una evaluación de lo vivido y, con análisis del usuario, la Dirección de Operaciones enfrenta el problema.

En breve, y previo acuerdo de la Administración General, la Gerencia de Atención Ciudadana iniciará también un programa que ha denominado "Conozcamos Ruta 100", en el que deseamos que los usuarios de los autobuses conozcan el funcionamiento de las diversa áreas del organismo y los planes que tiene para el futuro próximo.

Es nuestra intención que con la ayuda de todos los trabajadores de Ruta 100 recuperemos la confianza y el orgullo de ser el mejor organismo de la ciudad, una ciudad con destino, donde la esperanza nace día a día.





4 de mayo de 2018