9 de diciembre de 2016

Operadoras en R-100 1ra. Parte

Diciembre 09, 2016


Mujeres Operadoras

Lourdes Ovalle, Oscar Meneses, Edmundo Juárez
Ruta Cien, Mayo 1990

La mujer mexicana va adquiriendo más y más presencia en  todos los ámbitos de la vida nacional. En nuestro organismo, la mujer a nivel administrativo cuenta con una población considerable, pero en el área de operación, donde laboran más de nueve mil trabajadores, es casi nula.

En este reportaje presentamos los testimonios de algunas compañeras operadoras.

Lilia Rosminda Cruz León
Con una larga trayectoria como operadora, Lilia se inició con los permisionarios y en Ruta 100 desde su creación. Todo comenzo cuando su padre y sus hermanos le comentaron que en cierto diario capitalino había salido un anuncio donde solicitaban personal femenino para ocupar puestos de operadoras de camiones.

En ese entonces Lilia estudiaba la preparatoria, pero la curiosidad y el deseo de demostrarse a sí misma y a los demás que "la mujer es capaz de desarrollarse en éste y otros trabajos" la impulsó a salir adelante. Prueba de ello es que son 11 años al volante y, según aseguró, cada día le gusta más su trabajo.

La relación de la señora Lilia Cruz con los usuarios es magnífica: "Todos los días que salgo a trabajar, hombres y mujeres me saludan, me felicitan y me dicen que debería de haber más operadoras; además, opinan que la imagen de la mujer sentada conduciendo es muy agradable. También hay quienes llegan a comentar que me veo bonita al volante".

Su familia al principio se mostró indiferente, no creían que fuera operadora; le llegaron a decir que era la que barría las unidades, hasta que un día uno de sus hermanos se subió a la unidad que ella conducía. Al principio se sorprendió, pero después hasta la felicitó. A partir de ese hecho su familia la respeta y se siente orgullosa de su trabajo.

Casada y con tres hijos (su esposo también trabaja en R-100), opina que la institución proporciona buenas prestaciones, ya que ella tiene a sus pequeños en las guarderías que están al servicio de los trabajadores del organismo.

"Mis compañeros son respetuosos conmigo, y como en el módulo 27 soy la única operadora, me consienten mucho. La feminicidad no se pierde por el hecho de ser operadora; el convivir a diario con hombres no impide que una siga su vida normal. Yo me arreglo como siempre, me cuido mis uñas como cualquier mujer, etcétera".

Al preguntarle qué opinaba sobre su trabajo, afirmó con orgullo: "Me gusta manejar y procuro hacerlo con precaución. Cuando algo te gusta, lo principal es hacerlo bien".

Al referirse a sus planes futuros comentó: "La meta de mis esposo y mía es acabar de construir nuestra casa, comprarme un coche y, cuando llegue el momento, retirarme satisfecha de lo que he hecho. Tuve la oportunidad de estudiar para perforista y y para recepcionista, tengo mis diplomas y tal vez más adelante ponga en práctica mis conocimientos y trabaje en ello".

Beatriz Guerrero Maldonado 
Beatriz Guerrero Maldonado es de las contadas operadoras que trabajan en nuestro organismo. Inició sus labores al volante hace 15 años, en un auto colectivo.

En una ocasión, al leer un periódico deportivo, se enteró de que una línea de autobuses urbanos solicitaba damas para manejar camiones tipo Delfín, por lo que acudió y fue aceptada. La capacitaron ocho días y se integró al trabajo.

El primer camión que operó fue el 814 de la línea Santa María-Colonias (ahora módulo 23), de los primeros delfines; cubría las rutas Chapultepec-Bondojo y Tacubaya-Peñon de los Baños.

Beatriz siempre estuvo rodeada por gente que trabajó en el transporte urbano. Su padre fue operador de la línea Villa-Álvaro Obregón, al igual que su esposo.

"Desde pequeña me hice la idea de manejar un camión... mi anhelo más grande es llegar a conducir un trailer, pero por mis años creo que no será posible, aunque sigo con esa cosquilla", nos dice sonriendo.

Ella cuenta actualmente con 37 años, tiene cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres; este mes será abuela por primera vez. Al respecto dice: "Mis hijos se sienten orgullosos de mí y de mi trabajo".

En su trayectoria como operadora ha estado en los módulos 12 y 33 y en la actualidad trabaja en la ruta 151 Santa Isabel Tola-Central de Abastos, del módulo 34. Nunca ha tenido un accidente.

Al preguntarle por qué hay tan pocas mujeres operadoras en R-100, responde: "Es que no aguantan al ambiente, hay cierta hostilidad de parte de algunos compañeros y también de uno que otro usuario varón, por lo que se requiere un carácter fuerte y decisión para dedicarse a esto".

Ella piensa que las  agresiones se deben al machismo mexicano. "Hay pasajeros que al subir a la unidad, y percatarse de que soy mujer, me ofenden y de inmediato bajan... por lo que yo les digo... si te mueres yo te regalo la caja" y suelta una carcajada.

Beatriz esta convencida de que el gremio al que pertenece, las mujeres son más responsables que los hombres, y propone: "Debería haber más mujeres operadoras; sería oportuno hacer una competencia entre módulos: uno con puras operadoras y con otro nada más con operadores (como ocurre en la mayoría), y ver quienes rinden más".

Con relación al trato que guarda con sus compañeros, dice: "A pesar de que he estado en varios módulos no he tenido problemas, depende de que uno se dé su lugar; saludo a todos y me llevo bien con ellos. Cuando ingresé, hace doce años, a este trabajo, los operadores más viejos eran los que nos ofendían y no aceptaban que na mujer trabajara en esto; actualmente la cosa ha cambiado un poco".

Después de tantos años en esta actividad, la señora Guerrero ha aprendido a detectar las fallas en las unidades que le asignan, además de que ha recibido varios cursos.

El camión que más le gusta conducir es el Somex Plata, porque es más "codo" y se siente menos pesado aunque vaya lleno.

María Elena Calixto García
Mujer dinámica, de sonrisa franca y comprometida con su trabajo. su nombre María Elena Calixto García. Ella es operadora del módulo 21. El pasado 3 de abril cumplió 10 años en el volante.

Se inició en la época de los permisionarios. cubría la ruta de constituyentes a Puerto Aéreo. "Mis hermanos son traileros y mi padre también lo fue. En el periódico salió un anuncio solicitando operadores. Yo tenía nociones, pues mi padre me llevaba a algunos de sus viajes y fue él quien me enseñó a manejar. Me inscribí, tomé un curso de capacitación, poco después pasé las pruebas y aquí estoy. Fue un gran reto".

A María Elena le han pasado muchas cosas en su andar como servidora pública. "En una ocasión cubría yo la ruta que va del Peñon al Panteón San Isidro. se subió un señor, se quedo viendo fijamente y se persignó. Llegando a la avenida Cuitláhuac el señor se bajó y me dijo: gracias a dios que llegue con bien. Una se acostumbra a estas cosas y a más. Para qué me enojo, el que se enoja pierde". Por otro lado, ha habido quien la felicite por su trabajo.

La señora Calixto, está consciente de la gran responsabilidad que tiene al trasladar seres humanos y, en especial, cuando se trata de niños, ya que un pequeño no tiene la misma habilidad y fuerza que un adulto. En cualquier momento puede haber un enfrenón y los niños corren el riesgo de caerse o golpearse. Por lo anterior, María Elena procura manejar con prudencia. Prueba de ello es que afortunadamente nunca ha tenido ningún accidente.

"Yo quiero mucho a mi camión, me da para mis caprichos. Mi mayor ilusión es llegar a manejar un trailer. Me gusta hacer el quehacer en mi casa, cocinar e ir al cine. Los pequeños ratos que convivo con mis hijos los llevo al parque, a la feria o algún circo".

"Ruta 100 me ha dado muchas satisfacciones económicas. También puedo vacacionar a gusto con mi familia y, lo principal, me ha permitido desarrollar plenamente mi trabajo", concluye.





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