12 de junio de 2015

Proyecto Gas Natural Comprimido

12 de junio de 2015


Para abatir la contaminación, ¡Gas natural!

Ruta Cien

Eliminar todo vestigio de nube negra en las unidades fue la consigna que se dio a nuestros técnicos desde 1984. El problema de la contaminación ambiental había adquirido características graves en la ciudad y había ya que tomar conciencia y un papel activo en su prevención.

Se analizó un sinnúmero de opciones y ese mismo año se vislumbró la posibilidad de emplear en los automotores de Ruta 100 gas natural comprimido asociado y mezclado con el combustible diesel.

El propósito de la empresa era reducir, dentro de los posible, la contaminación del ambiente en su doble aspecto: emisiones tóxicas y por ruido.

De inmediato se procedió a realizar las pruebas de factibilidad y costo. Se corroboró que el organismo estaba en aptitud de efectuar una búsqueda y selección de tecnología en el extranjero, dado que en el país aún no se había desarrollado.

Al año siguiente, en 1985, técnicos de Ruta 100 efectuaron visitas a diversos países de Europa y Asia para conocer diferentes tecnologías sobre el uso, manejo y aplicación del gas natural comprimido como carburante.

Se determinó que Italia y Nueva Zelanda contaban con la tecnología apropiada. Se detectó, sin embargo, una desventaja: su ubicación geográfica, que encarecía el traslado de equipos y refacciones.

La búsqueda continuó ahora más cerca, en Estados Unidos. De la investigación se pasó a los hechos y se decidió probar la tecnología que ofrecían empresas de aquel país.

A finales de 1985, seis de nuestras unidades realizaron un largo viaje a norteamérica a fin de que se les hicieran las adaptaciones necesarias para la conversión del sistema dual de combustible diesel-gas natural comprimido y para que se les sometieran a diversas pruebas.

Un largo período de experimentación comenzaba. En él la creatividad y la entereza de los técnicos mexicanos quedarían una vez más patentizadas.

Y es que, a principios de 1986, mediante un decreto presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación, se exigió la más estrecha concertación entre Petróleos Mexicanos (Pemex), el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y Autotransportes Urbanos de Pasajeros (Ruta 100), con la finalidad de implementar un equipo diseñado para consumir, en forma mezclada, diesel y gas natural comprimido.

Fue precisamente ese año cuando se iniciaron las obras para suministrar gas natural comprimido a los módulos 22 y Palestina.

Los resultados no se hicieron esperar. En agosto de 1986 Ruta 100 y el Instituto Mexicano del Petróleo realizaron la primera instalación con tecnología del país al sistema dual diesel-gas natural comprimido en un autobús tipo Delfín.

Además de la tecnología desarrollada por el IMP y perfeccionada por los técnicos de Ruta 100 se ha ensayado con lo aportada por dos empresas norteamericanas, la Transportation Improvement Prod. y la Impo Carboration Inc., y una canadiense: Cyrogas Egineering LTD.

Las ventajas que ofrecen esos equipos son, en primer lugar, una sensible reducción de los niveles de contaminación por parte de los autobuses, ya que hay un aprovechamiento óptimo de los combustibles, lo que favorece que por el escape de las unidades no se arroje diesel crudo.

Ello permite mantener limpios por mucho mayor tiempo los inyectores del carburador, que se prolonguen los tiempos de afinación, que el aceite se conserve mucho más tiempo en buenas condiciones y, en general, que se alargue considerablemente la vida del motor.

Carlos Namour, encargado del proyecto ecológico (gas natural comprimido), señalo que la conversión de los autobuses de Ruta 100 al sistema dual, además de eficaz para reducir la contaminación, resulta sumamente económico.

Las adaptaciones son mínimas y tienen un costo aproximado de 10 millones de pesos por cada una de las unidades. Lo más costoso del proceso resulta la bomba para cargar el gas natural comprimido a una presión de ocho mil libras.

Ese equipo, explicó, es de importación y tiene un costo alrededor de 265 mil dolares. Aunque, añadió, con las ventajas que ofrece prácticamente se paga solo.

El periodo de pruebas de las adaptaciones, indicó, concluyó en abril pasado (1989) y resultaron en todo sentido satisfactorias.

De la tecnología que se examinó, la del IMP resultó la más eficaz en cuanto a la disminución de humo. Mientras la del IMP bajó ese tipo de emisiones en un 42.8%, la de Cyrogas fue en 25, la de Transportation Improvement Prod (TIP) en 10.1 y la de IMPCO en 5.3%.

En cuanto a seguridad, las pruebas realizadas por Ruta 100 y el IMP resultaron contundentes las adaptaciones al consumo de gas natural comprimido no acarrean riesgo alguno.

Para certificar lo anterior, se realizaron pruebas extremas ante notario público. Una de ellas, consistió en impactar dos unidades con el motor en marcha, lo que no ocasionó ningún estallido y ni siquiera un flamazo.

Otro examen consistió en disparar con rifles M1 y M6 sobre válvulas y tanques de gas natural comprimido. El disparo perforó el cilindro sin que éste explotara.

Sin duda, la decisión que se adopte será eficaz para abatir la contaminación y para la mejor operación de nuestros camiones.





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