12 de septiembre de 2014

De las trajineras a Ruta 100


De las trajineras a Ruta 100

Desde antes de que aparezca el sol, nuestras unidades están ya en circulación

Ricardo Camargo
Ruta Cien

Antes eran trajineras, hoy son unidades de Ruta 100 las que transportan desde la madrugada a cientos de personas con sus mercancías provenientes de Milpa Alta, Tláhuac, Xochimilco y barrios aledaños. La gran mayoría de los usuarios trae nopales, yerbas medicinales, hortalizas y legumbres, para venderlos en la gran urbe.

Los módulos 3 y 53 son los encargados de proporcionar el servicio en esa vasta zona del sureste del Distrito Federal. El primero opera las rutas 150, 147 y 144 con origen en San Pedro Atocpan, San Bartolomé Xicomulco y San Pablo Oxtoptepec/Milpa Alta, respectivamente, en Xochimilco.

En el segundo funcionan la 141 y la 143, que van de Milpa alta al metro Taxqueña, así como la 144-B, 154-A y 157-B, que salen de Santa Ana Tlacotenco, San Juan Tepenahuac y San Lorenzo Tlacoyucan a Milpa Alta.

Todo inicia a las 3:15 de la mañana en el M53, de donde parte el primer autobús. Media hora separa al módulo de la primera parada, ubicada en Casas Alemán y Juárez, en Santa Ana Tlacotenco.

Durante el recorrido que hacemos en la unidad 53-1972, manejada por Luis Nicolás González, constatamos que el servicio que presta Ruta 100 es vital para los habitantes de esa zona situada en los confines de la ciudad capital. "Es el único medio de transporte que existe a las cuatro de la mañana", nos dicen los primeros usuarios que abordan el autobús.

No fue fácil emprender este periplo madrugador. La orden era la de hacer el reportaje en ese módulo mucho antes de que aparecieran los primeros rayos del astro rey. No hubo más remedio que ir a pasar la noche a sus instalaciones, con la cooperación del gerente Carlos Aguilar, quien nos brindó las facilidades para pernoctar en ese lugar.

Al llegar, cerca de las 22: horas, todavía se registraba movimiento. Ahí entra el último autobús a la 1:30 y el primero sale a las 3:15. Varios operadores utilizan los dormitorios para estar listos a esa hora.

Exactamente a las 3:00 horas nos despiertan. Está por iniciar el primer viaje del día -¿o de la madrugada?- y aún las sombras de la noche nos cobijan. A lo lejos se recorta la silueta del cerro del Teutlo, allá por Milpa Alta. A esa hora, las instalaciones comienzan a cobrar vida.

"Mientras la ciudad duerme, Ruta 100 trabaja", señala el licenciado Manuel Mercado, nuestro jefe de prensa, quien junto con David, el fotógrafo, trabajó también este reportaje.

Los primeros operadores comienzan a despabilarse, otros más van llegando para checar y recoger sus unidades. Para ellos es un día más, para nosotros significa conocer cómo se trabaja en una de las rutas más distantes del DF.

El operador prende el motor sin problema alguno. Abordamos la unidad y a las 3:15 partimos hacia Santa Ana Tlacotenco. Durante el trayecto comienza a llover. A los lados de la carretera el asfalto se funde con los maizales o nopaleras. No se respira el smog... todavía.

A las 3:50 llegamos a la primera parada. Marcela González y Estela Ruiz, primeras en abordar, nos comentan que la mayoría de los usuarios vende parte de lo que cosecha en mercados de la ciudad -Sonora, Jamaica, La Merced- o bien en los barrios cercanos.

Con su pequeño en brazos, la primera nos dice que comercia con yerbas medicinales como el boleo, trompetilla y otras más.

También hay campesinos que suben con sendos bultos de nopales o legumbres. Son las 4:15 y poco a poco se llena el vehículo. Comienzan a desfilar empleados, obreros y estudiantes. Aún no parecen los primeros rayos del sol. Muchos aprovechan para completar el sueño. Pocos platican.

Al llegar a Tlahuac, la unidad va completa. Luis Nicolás González, el operador, pide a los pasajeros que se recorran al fondo del vehículo.

Rosendo Martínez, agricultor de la zona, acompañado de su vástago, expresa que a diario va a Jamaica para vender nopales, cosecha tradicional de Milpa Alta y alrededores.

La mayoría de los usuarios nos comenta que para ellos Ruta 100 es vital para transportarse a esa hora de la madrugada.

Sin embargo para otros hacen falta más unidades, tomando en cuenta que las "peseras" comienzan a laborar a las cinco de la mañana.

Exactamente a las 5:30 llegamos a nuestro destino: San Pablo, muy cerca de La Merced. Hombres y mujeres cargan con dificultad sus bultos, y se esparcen por las calles de la ciudad para empezar un nuevo día.

El trayecto nos dejó la experiencia de que, efectivamente, Ruta 100 es muy necesaria en esa zona de la ciudad, aunque aclaramos que también hay fallas en el servicio.

En el paradero del metro Taxqueña, cuando abordamos la unidad de la ruta 141 que nos llevaría a Tulyehualco, hubo quejas por parte del público. Por ejemplo, algunos, como Carlos García y Lázaro Sánchez, aseguraron que se corta el servicio antes de tiempo.

"Supuestamente a las 12:00 sale el último autobús; sin embargo, en varias ocasiones antes de esa hora ya no alcanzamos camión y tenemos que irnos en taxi o peseros si todavía hay".

De igual manera observamos que son pocos los sanitarios destinados para los checadores en  esa área, por lo que malos olores invaden los paraderos.

Marco Galván Muñoz, de San Pedro Atocpan, señalo que el transporte en la delegación de Milpa Alta es insuficiente en tanto que el servicio de combi es muy caro para la comunidad y los campesinos deben destinar buena parte de sus ingresos a ello.

"Ojalá que las autoridades nos envíen más unidades para no destinar tanto dinero a los peseros" reitero el usuario.

De esta manera recorrimos la ruta 141 Milpa Alta a San Pablo, donde recogimos el sentir de los campesinos que diariamente, por la madrugada, tienen la necesidad de transportarse a la zona urbana de la ciudad de México.




Enviado por Gerardo Alfaro:

un somex 2030 del SUTAUR-100, que se encontraba en proceso de reconstrucción.


Nos vemos.

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