Agosto 24, 2018
III. HACIA UNA NUEVA RUTA*
Hacia la Consolidación
Concluida la primera mitad del gobierno del Presidente Carlos Salinas de Gortari, cumplido el décimo aniversario de Ruta 100, terminado el programa de renovación del parque vehicular, así como la primera parte del redimensionamiento estructural, el gobierno de la ciudad decidió ejecutar la segunda parte del gran esfuerzo desarrollado para consolidar los avances y darle al Organismo la dimensión adecuada para la atención de su cada vez más definida participación en la cobertura de la demanda del transporte urbano.
En diciembre de 1991, el Jefe del Departamento del distrito Federal nombró al Lic. Hugo A. Pérez Aguilar, Administrador General de Ruta 100 y le encomendó los propósitos de consolidación organizacional, operativa y financiera.
Para cumplir las metas, la nueva administración del Organismo llevó a cabo un diagnóstico de la situación de Ruta 100 con el fin de diseñar una estrategia que garantizara la consecución de los resultados que se le exigieron.
Así, se analizó el estado del Organismo especialmente en tres ámbitos, en términos de viabilidad social, política y económica.
La viabilidad social se sustentó en la existencia de una demanda real de transporte, específicamente la demanda no solvente, que requiere de un servicio eficiente a una tarifa accesible, que permita el aprovechamiento del servicio por parte de los estratos sociales menos favorecidos económicamente.
Por otra parte, la viabilidad política se fundamenta en la decidida voluntad del gobierno de mantener la presencia y la acción del Estado en las prestación de un servicio de características nítidamente sociales.
El diagnóstico de viabilidad, sin embargo, no arrojó los mismos resultados. Se encontraba el Organismo en una situación difícil a la que había que enfrentar con la aplicación de diversas medidas, tan importantes como urgentes, para lograr una viabilidad económica confiable, sin recurrir, desde luego, a despojar al Organismos de su función social, especialmente destacada por el sostenimiento de una tarifa accesible para todos.
Por ello se realizó otro diagnóstico, pero ahora de tipo administrativo, técnico, operativo y financiero, cuyos resultados permitieron definir tres grandes áreas de prioridad, así como las acciones para resolver la problemática detectada en cada una de ellas.
Las grandes áreas fueron: saneamiento financiero; reordenamiento laboral, administrativo y contable; y desarrollo del servicio.
*Tomado del libro Doce de Cien. Décimo Segundo Aniversario de AUP R-100
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