30 de diciembre de 2016

El Chamuco - El Haragan y Cia.

Diciembre 30, 2016

Penúltimo día del año, desde este espacio les deseo un buen año 2017 y como cada viernes aquí esta la actualización.





Disco ubicado en Cerro del Cubilete esquina con avenida Cerro de las Torres, colonia Campestre Churubusco, delegación Coyoacán.


26 de diciembre de 2016

Siete de Cien

Diciembre 26, 2016


Este espacio llega a siete años, en los que hemos descubierto muchas cosas y esperemos encontrar más material para compartirlo con todos.

Les dejo los cuatro cabezales que tuvo este año.

Saludos.





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23 de diciembre de 2016

Operadoras en R-100 2da. Parte

Diciembre 23, 2016


Mujeres Operadoras

Lourdes Ovalle, Oscar Meneses, Edmundo Juárez
Ruta Cien, Mayo 1990

Marina Macedo Navarro
Operadora de R-100, enfermera instrumentista, esposa y madre de tres hijos, ella es Marina Macedo Navarro.

La historia de nuestra entrevistada se inicia hace 11 años, cuando por casualidad llegó a leer en un periódico un anuncio, en el que se solicitaba personal femenino para capacitación en el manejo de autobuses. "Acudí, me gusto muco y en tres días aprendí a manejar. La primera ruta que cubrí fue la de La Pradera al Panteón Dolores. La primera unidad que manejé fue un delfín", expresó.

Después Marina cubrió la ruta Estadio Azteca-Politécnico. En Ruta 100 comenzó desde la creación del organismo. El módulo 3 ha sido como su segunda casa, pues en ocho años siempre ha trabajado ahí. En la actualidad cubre la ruta 31, de Xochimilco a San Pablo Centro; maneja una unidad tipo Somex.

Con respecto a los usuarios Marina opina: "El usuario todavía no se acaba de acostumbrar a ver una mujer en esto, pero mis compañeras y yo hemos demostrado que la mujer puede con esta clase de trabajo. Además, algunas de nosotras desempeñamos el papel de madres, esposas y trabajadoras".

"Yo pienso que la mujer es más precavida para manejar; y no por ofender al hombre, pero siempre una mujer es más consciente y en mi caso espero a que la gente baje o suba de mi unidad correctamente. Es decir, trato de cuidar el pasaje y a mí misma", apuntó.

Luego continuó: "Todos mis compañeros operadores cuidan que otros conductores no me hagan nada. Por ejemplo, los de peseros son muy malos en el volante, pues se cierran a cada momento; mis compañeros y yo los evitamos".

"Ruta 100 me ha brindado mucas satisfacciones, tanto económicas como morales. Me ha dado una profesión (enfermera instrumentista), me he superado; si no me hubieran respetado mi horario (14:00 a 22:00 horas) no habría acabado mi carrera, ya que entraba a las 7:00 y salía a las 13:00 horas. Además, tengo muchos amigos que me estiman y respetan; por ser mujer me chiquean y me dan ciertas preferencias".

Al referirse a la feminidad, Marina opinó: "La feminidad dentro de este trabajo no se pierde. Es imposible, una es mujer y como tal se debe comportar, aunque en ocasiones es incómodo usar vestido para trabajar, pero eso no es ningún impedimento para desarrollar bien nuestra actividad".

Marina está casada con un operador de una línea foránea y tiene 3 hijos: 2 varones de 12 y 14 años y una pequeña de 7. "Mi esposo ~prosiguió~ está de acuerdo con mi trabajo, él es de las personas que opina que la mujer puede hacer toda clase de labores. Mi familia se siente orgullosa de mi trabajo, mis platican con sus amigos que su mamá es operadora y maneja una unidad de R-100".

Con relación a su empleo, Marina abundó: "Primero que nada mis problemas personales los dejo en casa. tengo una gran responsabilidad: muchas vidas; y si estoy pensando en mis problemas no podría concentrarme y ejecutar bien mi trabajo".

"Yo invito a las mujeres mexicanas a que practiquen toda clase de trabajos. Si hubiera la oportunidad algún día de que yo capacitara a mujeres que desearan ser operadoras, lo haría con gusto. La mujer es capaz de desempeñar este trabajo y más", concluyó.

Irma Altamirano Garzón
En el módulo 23 labora Irma Altamirano Garzón, quien es operadora de una de las unidades que cubre la ruta 59. Su ingreso a Ruta 100 fue a través de la municipalización del transporte, en septiembre de 1981, pues trabajaba con los permisionarios en el grupo 17, conocido como Correos-Jamaica.

"El inicio no fue fácil. Se trabajaba por comisión en el boletaje y por la cantidad de vueltas durante el día. Los demás operadores nos aventajaban en experiencia y mis ingresos eran bajos. Ahora las condiciones anteriores desaparecieron, ya que gozamos de un sueldo fijo, de prestaciones y otros incentivos económicos", señaló Irma.

Asimismo, recordó: "En el tiempo de los permisionarios existió una escuela llamada las Güilas, ubicada en lo que ahora son las instalaciones de Palestina, donde se impartió un curso de manejo de autobuses que consistía de teoría por las mañanas y de práctica por las tardes, asistiendo tanto hombres como mujeres".

"El ser operadora mejoró mi vida familiar, ya que los anteriores trabajos que desempeñé me absorbían demasiado y no me permitían atender a mis hijos por las mañanas, como iban a la escuela. Ahora me siento satisfecha porque mi hijo mayor, que cursa la secundaria, se encuentra orgullosos de que yo sea operadora y de que él sea admirado por sus compañeros", finalizó Irma.

Yolanda Cuéllar López
La señora Yolanda Cuellar trabaja en Ruta 100 desde hace 7 años. En la actualidad cubre la ruta 127-A, que va de Tasqueña a Contreras, perteneciente al módulo 2. Su horario varía: una semana labora en las mañanas y otras en la tarde.

"Creo que el pueblo todavía no está preparado para comprender que las mujeres tenemos la misma capacidad que lo hombres para desempeñar cualquier labor", dice mientras señala que muchos usuarios la conocen, la saludan y la felicitan por su trabajo.

Yolanda se siente satisfecha y a la vez orgullosa de conducir una unidad de R-100. Agregó, que si alguna de sus hijas deseara ingresar al Organismo, ella la apoyaría y aconsejaría.

En sus ratos libres gusta de leer cuestiones de temas científicos y de viajes espaciales. Sus hijos se sienten orgullosos de su labor y cada vez que tienen oportunidad de contar que su mamá es operadora de R-100, presumen de ello. A Yolanda le hubiera gustado ser una lideresa como Margaret Tatcher o Indira Gandhi.

Aydé Aguilar Dorantes
El módulo 23 es uno de los pocos que cuenta con operadoras, siendo Aydé Aguilar Dorantes una de ellas.

Con once años de experiencia al servicio del transporte, Aydé comenta: "El interés por manejar un autobús fue simple curiosidad. Pensé que no sería tan difícil hacerlo y la oportunidad se me presentó cuando, en el tiempo de los permisionarios, apareció una convocatoria en los diarios, la cual ofrecía capacitación a mujeres interesadas en manejar un camión".

Ella se inició como ayudante de mecánico, después fue operadora de la ruta Santa María-Colonias en la línea 14, para posteriormente ingresar a R-100 en el módulo 23.

Aguilar dice: "En un principio los operadores no nos aceptaban, argumentando que no teníamos la capacidad necesaria para manejar, pero poco a poco cambió su actitud y ahora son diferentes".

Casada y con tres hijos, Aydé tiene como pasatiempos la lectura de novelas de Edgar Allan Poe, la música rock(cursiva) y la práctica del fisicoculturismo. En este último tiene año y medio de ejercitación, debido a que la mayor parte del tiempo la pasa sentada frente al volante.




16 de diciembre de 2016

9 de diciembre de 2016

Operadoras en R-100 1ra. Parte

Diciembre 09, 2016


Mujeres Operadoras

Lourdes Ovalle, Oscar Meneses, Edmundo Juárez
Ruta Cien, Mayo 1990

La mujer mexicana va adquiriendo más y más presencia en  todos los ámbitos de la vida nacional. En nuestro organismo, la mujer a nivel administrativo cuenta con una población considerable, pero en el área de operación, donde laboran más de nueve mil trabajadores, es casi nula.

En este reportaje presentamos los testimonios de algunas compañeras operadoras.

Lilia Rosminda Cruz León
Con una larga trayectoria como operadora, Lilia se inició con los permisionarios y en Ruta 100 desde su creación. Todo comenzo cuando su padre y sus hermanos le comentaron que en cierto diario capitalino había salido un anuncio donde solicitaban personal femenino para ocupar puestos de operadoras de camiones.

En ese entonces Lilia estudiaba la preparatoria, pero la curiosidad y el deseo de demostrarse a sí misma y a los demás que "la mujer es capaz de desarrollarse en éste y otros trabajos" la impulsó a salir adelante. Prueba de ello es que son 11 años al volante y, según aseguró, cada día le gusta más su trabajo.

La relación de la señora Lilia Cruz con los usuarios es magnífica: "Todos los días que salgo a trabajar, hombres y mujeres me saludan, me felicitan y me dicen que debería de haber más operadoras; además, opinan que la imagen de la mujer sentada conduciendo es muy agradable. También hay quienes llegan a comentar que me veo bonita al volante".

Su familia al principio se mostró indiferente, no creían que fuera operadora; le llegaron a decir que era la que barría las unidades, hasta que un día uno de sus hermanos se subió a la unidad que ella conducía. Al principio se sorprendió, pero después hasta la felicitó. A partir de ese hecho su familia la respeta y se siente orgullosa de su trabajo.

Casada y con tres hijos (su esposo también trabaja en R-100), opina que la institución proporciona buenas prestaciones, ya que ella tiene a sus pequeños en las guarderías que están al servicio de los trabajadores del organismo.

"Mis compañeros son respetuosos conmigo, y como en el módulo 27 soy la única operadora, me consienten mucho. La feminicidad no se pierde por el hecho de ser operadora; el convivir a diario con hombres no impide que una siga su vida normal. Yo me arreglo como siempre, me cuido mis uñas como cualquier mujer, etcétera".

Al preguntarle qué opinaba sobre su trabajo, afirmó con orgullo: "Me gusta manejar y procuro hacerlo con precaución. Cuando algo te gusta, lo principal es hacerlo bien".

Al referirse a sus planes futuros comentó: "La meta de mis esposo y mía es acabar de construir nuestra casa, comprarme un coche y, cuando llegue el momento, retirarme satisfecha de lo que he hecho. Tuve la oportunidad de estudiar para perforista y y para recepcionista, tengo mis diplomas y tal vez más adelante ponga en práctica mis conocimientos y trabaje en ello".

Beatriz Guerrero Maldonado 
Beatriz Guerrero Maldonado es de las contadas operadoras que trabajan en nuestro organismo. Inició sus labores al volante hace 15 años, en un auto colectivo.

En una ocasión, al leer un periódico deportivo, se enteró de que una línea de autobuses urbanos solicitaba damas para manejar camiones tipo Delfín, por lo que acudió y fue aceptada. La capacitaron ocho días y se integró al trabajo.

El primer camión que operó fue el 814 de la línea Santa María-Colonias (ahora módulo 23), de los primeros delfines; cubría las rutas Chapultepec-Bondojo y Tacubaya-Peñon de los Baños.

Beatriz siempre estuvo rodeada por gente que trabajó en el transporte urbano. Su padre fue operador de la línea Villa-Álvaro Obregón, al igual que su esposo.

"Desde pequeña me hice la idea de manejar un camión... mi anhelo más grande es llegar a conducir un trailer, pero por mis años creo que no será posible, aunque sigo con esa cosquilla", nos dice sonriendo.

Ella cuenta actualmente con 37 años, tiene cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres; este mes será abuela por primera vez. Al respecto dice: "Mis hijos se sienten orgullosos de mí y de mi trabajo".

En su trayectoria como operadora ha estado en los módulos 12 y 33 y en la actualidad trabaja en la ruta 151 Santa Isabel Tola-Central de Abastos, del módulo 34. Nunca ha tenido un accidente.

Al preguntarle por qué hay tan pocas mujeres operadoras en R-100, responde: "Es que no aguantan al ambiente, hay cierta hostilidad de parte de algunos compañeros y también de uno que otro usuario varón, por lo que se requiere un carácter fuerte y decisión para dedicarse a esto".

Ella piensa que las  agresiones se deben al machismo mexicano. "Hay pasajeros que al subir a la unidad, y percatarse de que soy mujer, me ofenden y de inmediato bajan... por lo que yo les digo... si te mueres yo te regalo la caja" y suelta una carcajada.

Beatriz esta convencida de que el gremio al que pertenece, las mujeres son más responsables que los hombres, y propone: "Debería haber más mujeres operadoras; sería oportuno hacer una competencia entre módulos: uno con puras operadoras y con otro nada más con operadores (como ocurre en la mayoría), y ver quienes rinden más".

Con relación al trato que guarda con sus compañeros, dice: "A pesar de que he estado en varios módulos no he tenido problemas, depende de que uno se dé su lugar; saludo a todos y me llevo bien con ellos. Cuando ingresé, hace doce años, a este trabajo, los operadores más viejos eran los que nos ofendían y no aceptaban que na mujer trabajara en esto; actualmente la cosa ha cambiado un poco".

Después de tantos años en esta actividad, la señora Guerrero ha aprendido a detectar las fallas en las unidades que le asignan, además de que ha recibido varios cursos.

El camión que más le gusta conducir es el Somex Plata, porque es más "codo" y se siente menos pesado aunque vaya lleno.

María Elena Calixto García
Mujer dinámica, de sonrisa franca y comprometida con su trabajo. su nombre María Elena Calixto García. Ella es operadora del módulo 21. El pasado 3 de abril cumplió 10 años en el volante.

Se inició en la época de los permisionarios. cubría la ruta de constituyentes a Puerto Aéreo. "Mis hermanos son traileros y mi padre también lo fue. En el periódico salió un anuncio solicitando operadores. Yo tenía nociones, pues mi padre me llevaba a algunos de sus viajes y fue él quien me enseñó a manejar. Me inscribí, tomé un curso de capacitación, poco después pasé las pruebas y aquí estoy. Fue un gran reto".

A María Elena le han pasado muchas cosas en su andar como servidora pública. "En una ocasión cubría yo la ruta que va del Peñon al Panteón San Isidro. se subió un señor, se quedo viendo fijamente y se persignó. Llegando a la avenida Cuitláhuac el señor se bajó y me dijo: gracias a dios que llegue con bien. Una se acostumbra a estas cosas y a más. Para qué me enojo, el que se enoja pierde". Por otro lado, ha habido quien la felicite por su trabajo.

La señora Calixto, está consciente de la gran responsabilidad que tiene al trasladar seres humanos y, en especial, cuando se trata de niños, ya que un pequeño no tiene la misma habilidad y fuerza que un adulto. En cualquier momento puede haber un enfrenón y los niños corren el riesgo de caerse o golpearse. Por lo anterior, María Elena procura manejar con prudencia. Prueba de ello es que afortunadamente nunca ha tenido ningún accidente.

"Yo quiero mucho a mi camión, me da para mis caprichos. Mi mayor ilusión es llegar a manejar un trailer. Me gusta hacer el quehacer en mi casa, cocinar e ir al cine. Los pequeños ratos que convivo con mis hijos los llevo al parque, a la feria o algún circo".

"Ruta 100 me ha dado muchas satisfacciones económicas. También puedo vacacionar a gusto con mi familia y, lo principal, me ha permitido desarrollar plenamente mi trabajo", concluye.





2 de diciembre de 2016

Stranger in a Strange Land - Leon Russell and the Shelter People

Diciembre 02, 2016

El 28 de noviembre de  1989, el entonces regente del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís, da el banderazo de salida a las primeras 200 unidades remozadas, con nueva cromática (color gris con franjas verdes y azules) y motor anticontaminante; con esto comienza el Programa de Modernización que acabaría en 1991. Como dato adicional, estos autobuses empiezan a cobrar $300 pesos, mientras las unidades amarillas siguen con la misma tarifa que era de $100 pesos.



Un señor le hace la parada a un "Peribús" de la Ruta 100 en los alrededores de la Fuente de Petróleos, a inicios de los años ochenta. La Ruta 100 marcó una época en el transporte de la capital.

Imagen: Col. Villasana - Torres